Mientras la gente lucha primero por encontrar un trabajo, y segundo que tenga una remuneración suficiente para mantener un nivel de vida digno, los cargos políticos se suben el sueldo por encima de los niveles que exigen a los ciudadanos. En una sociedad igualitaria, los sueldos tendrían que gestionarse de la misma forma para todos, y nadie podría auto subirse su sueldo, y menos con el dinero público.

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